Mi alma es de Dios. Allí está la repuesta, mi alma es de Dios. Por eso Satanás no puede hacerle nada al alma de Job. El alma es de Dios. Mi cuerpo es templo del Espiritu Santo y pueden sobrevenir enfermedades. Sí, puede que hayan perdidas materiales, cambios físicos por alguna enfermedad, problemas de trabajo, entre otros. Pero mi alma es de Dios. Eso me dá libertad. La libertad que dá el ser de Dios. Nada, nada me puede esclavizar. Mi alma es de Dios.
Por qué lo escribo? Por qué lo comparto? No lo sé, la verdad. Será porque mi alma es de Dios.
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