miércoles, 7 de marzo de 2018

SURGE LA FE, RENACE LA VIDA


Esperaba con ansia los días en los que podía levantarme. Había descubierto algo nuevo. Comenzaba a salir algo de mi interior. Un deseo enorme de dejarme llevar y trazar, dibujar, pintar, expresar. Había descubierto la pintura dentro de mí, los primeros pasos. Me dejaba llevar por los colores, el pincel y la pintura en el papel. 
Poco a poco comenzó a crecer, más bien a despertar, todo un mundo interior. Parecía como que algo estaba reprimido, escondido, dormido o quizás guardado por años y trataba de salir en los trazos de distintas formas y maneras, en el color de cada marcador o creyón, con cada pincelada. 
Comenzó allí un reencuentro con lo que sentí había guardado por años, un encuentro con el arte, la belleza, la expresión…una forma de comunicar lo que está en mi interior….una forma de expresarme en libertad. El silencio del tiempo entre papel, lápiz, pinturas descubrí que era un tiempo para ser verdaderamente yo, sin la ansiedad de una máscara, una máscara que oculte mi verdadero ser y me pierda en el que dirán, o en el pintar y dibujar para otros.
En ese tiempo el cáncer podía esperar y si se cansaba podía muy bien irse. En ese momento primero estaba mi alma, cultivarla, dejarla expresarse con libertad, embellecer mi interior, alimentarlo y enriquecerlo. El cáncer no era lo importante en ese momento…allí estaba el tratamiento. Simplemente lo dejé actuar mientras yo me dedicaba a embellecer mi verdadero yo, me dedicaba como nunca a embellecer mi alma. Lo más importante era mi mundo interior, el gozo de mi alma en el encuentro fascinante con el dibujo y la pintura. No me ocultaba detrás de pinceles y creyones. Sabía muy bien a lo que me enfrentaba, la magnitud de mi enfermedad. Pero era mi cuerpo el que estaba enfermo. Yo procuraba alimentar mi alma, sentirme bien, muy bien conmigo misma. Sabía que eso ayudaría a mis células buenas, las que luchaban por sanar mi cuerpo, las que luchaban por vivir. Yo vivía mi paz, mi serenidad y cuidaba de mi cuerpo mediante el gozo de mi alma y el desel de enaltecer mi alma.
¿Que encontré? Mi verdadero yo, la incalculable riqueza interior que deseaba salir y expresarse, un mundo puro, dulce y tierno que era más grande que todas las sombras que ha albergado mi ser. Descubrí, redescubrí, me reencontré con un mundo interior verdaderamente alegre, mas allá, un mundo interior verdaderamente feliz, lleno de color, a ratos sobrio. Descubrí una creatividad que deseaba salir por todas partes y de muchas maneras. 
Encontré, reencontré la belleza de mi ser, un alma sublime que se enriquece con el detalle, que disfruta el momento y se goza en su propia presencia, en su misma esencia. Pude encontrar un alma cálida, alegre, pura, inocente que descubrió cuánto disfruta de sí misma, en un silencio de mucho sentido, de mucha expresión. Cada trazo, cada color, cada dibujo era la expresión de la más verdadera esencia de mi ser que surgió mientras mi cuerpo se entregaba a la espera confiada y en paz por la llegada de la salud. 
Una tarde, un par de amigas, que acompanaban mi proceso, vieron mis dibujos. Vi en sus ojos la fascinación por la vida, el colorido, la fe detrás de cada dibujo, de cada trazo, de cada color. Surgió así, ARA FE Y VIDA DISENOS. Un espacio para llevar la esperanza que me embargó, que me alimentó y me ayudó a seguir adelante. Un espacio que refleja mi encuentro con la FE y una VIDA dentro de mí que buscaba RENACER. Un espacio que intenta llevarte a ti, apreciado lector, un mensaje de esperanza confiada en medio de las sombras, en medio de las dificultades. Un espacio que invita a alimentar el alma, a buscar lo mejor, lo hermoso y lo mas valioso dentro de tí, TU ALMA, TU VIDA. Un espacio para encontrarnos, descubrir el arte como terapia de bienestar. El cáncer es una enfermedad dura, dificil, arrolladora, pero es también una oportunidad de vida, una invitación al cambio, al despertar a la vida. Yo encontré, en el dulce ejercicio del dibujo y la pintura, la manera de alimentar mi alma y darle a todo mi ser la oportunidad que me daba el cáncer de reencontrarme con mi esencia, de reencontrarme con la fe que se fortalecía en la contemplación de mi Señor, muchas veces detrás de dibujos. La fe de que solo a traves del AMOR, la FE y la ESPERANZA se disipan sombras, surge la luz, llega la sanación. 
Asi, también te invito a que nos reencontremos aqui, en ARA FE Y VIDA, y compartamos sobre nuestro mundo interior, nuestra resiliencia, nuestra vida. De tanto en tanto compartiré contigo, apreciado lector y compañnero de camino, la luz y las sombras, las caídas y las alegrías y sobre todo, las ganas de vivir.

4 comentarios:

  1. Gracias Aracelis por Llevarnos de la Mano por el Sendero de la Salud a través del Arte o por el Sendero del Arte a través de la Salud. Gracias por Mostrar tu Belleza Interior y el Poder Autotransformador que habita en nuestro Interior. Gracias por señalar una de nuestras infinitas Potencialidades. Éxitos!! Apapache de Amor y ✨Luz😘😘

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  2. Victor Villamediana7 de marzo de 2018, 10:12

    Pues debo comenzar diciendo q es una introducción q realmente invita a leer mas de lo q escribes prima, te felicito por esta nueva estapa en tu vida, sigue adelante, estaré pendiente de seguir tu Blog y disfrutar leer lo q escribes, saludos y un besote !!!!
    Victor Villamediana

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  3. Que bie Ara, soy aficionada a algunos blogs y desde ya te sigo, gracias por compartir ese tesoro del mundo hermoso que vive en ti

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  4. Mil gracias por este hermoso espacio pera reconocer lo realmente importante en la vida... Salud de cuerpo y alma
    Desde ya tu seguidora en esta aventura...

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